Grasas de animales: usos, beneficios y lo que debes saber

 

Durante generaciones, las grasas animales han sido
una parte esencial en la cocina tradicional. Sin embargo, durante un tiempo fueron mal vistas por considerarse “poco saludables”. Hoy sabemos que, si se consumen con equilibrio y provienen de fuentes de calidad, pueden ser una excelente alternativa natural para cocinar, nutrirnos y aprovechar al máximo los alimentos.


¿Qué es la grasa animal?

La grasa animal se obtiene de los tejidos de animales como el cerdo, el pollo, la vaca o el pato. Se utiliza tanto en la cocina como en productos artesanales como jabones, velas o bálsamos. Al calentarse, esta grasa se derrite y se convierte en manteca o sebo, dependiendo del animal del que proviene.

Las más comunes son:

  • Grasa de cerdo (manteca): blanca, suave, muy usada para freír, hornear o hacer tamales.

  • Grasa de pollo: más ligera, dorada, ideal para saltear o hacer arroz con sabor casero.

  • Grasa de res (sebo): muy estable al calor, perfecta para frituras y platos rústicos.

  • Grasa de pato (grasa gourmet): rica, sabrosa y valorada en la cocina francesa.


Beneficios de las grasas animales

Son naturales y sin aditivos.
✔ Aportan energía duradera y vitaminas como A, D, E y K.
✔ Contienen ácidos grasos saturados y monoinsaturados necesarios para el cuerpo.
✔ Son más estables al calor que muchos aceites vegetales refinados.
✔ Tienen sabor y textura que realzan los platos.

⚠ Como todo, el exceso no es recomendable, y la clave está en consumirlas con conciencia. También es importante que provengan de animales bien alimentados y sin hormonas.


¿Qué se puede cocinar con grasa animal?

Aquí vienen los ejemplos deliciosos y prácticos:

🐖 Grasa de cerdo (manteca)

  • Chicharrones: cocinando la grasa con piel a fuego lento hasta que quede crujiente.

  • Tamales y empanadas: para una textura más suave y sabrosa.

  • Manteca casera: fundes la grasa y la cuelas para conservarla.

  • Frijoles refritos: quedan más cremosos y con sabor auténtico.

🐓 Grasa y piel de pollo

  • Grasa de pollo casera: se obtiene cocinando lentamente la piel y la grasa adherida.

  • Chicharrones de pollo: se hacen con la piel limpia y troceada, cocida a fuego bajo hasta que quede crujiente. Son un snack sabroso y muy popular en varias cocinas del mundo.

  • Arroz y papas salteadas: cocinadas en grasa de pollo quedan con un sabor casero irresistible.

  • Guisos y sopas: la grasa de pollo aporta profundidad sin necesidad de condimentos artificiales.

🐄 Grasa de res (sebo)

  • Frituras crujientes: como papas, empanadas o carnes.

  • Tortillas de maíz tradicionales: muchas se preparan con sebo para darles elasticidad.

  • Conservas: como patés o charcutería artesanal.

🦆 Grasa de pato

  • Papas confitadas en grasa de pato: ¡una delicia gourmet!

  • Confit de pato: método tradicional francés de cocción lenta en su propia grasa.

  • Pan campesino: se puede usar grasa de pato como parte del amasado.


Otros usos interesantes

  • Hacer jabones artesanales: especialmente con sebo de res.

  • Velas naturales: con grasa purificada, sin químicos.

  • Bálsamos o ungüentos caseros: con grasa y plantas medicinales.


¿Son malas para la salud?

No. Si son grasas puras, sin procesar y consumidas con moderación, pueden ser parte de una dieta saludable. El problema viene cuando se combinan con azúcares, frituras ultraprocesadas o aditivos.

La clave es la calidad y el uso consciente. Prioriza grasas de animales criados libremente, sin hormonas ni antibióticos.


Conclusión

Las grasas animales no son solo un ingrediente olvidado del pasado: son parte de nuestra cultura culinaria, tienen sabor, valor nutritivo y muchas posibilidades en la cocina. Usadas con inteligencia, son una alternativa sabrosa, económica y más natural que muchos aceites industriales.

Incluso la piel del pollo, que muchas veces se desecha, puede convertirse en grasa útil o chicharrones crujientes, mostrando que la cocina consciente también es una cocina de aprovechamiento.

Aprender a usarlas es reconectarnos con la cocina real, la que nutre, da sabor y cuida lo que la tierra y los animales nos ofrecen.